Sabias palabras...

"Verba volant, scripta manent" ("Las palabras vuelan, lo escrito permanece")
- Proverbio latino (eso creo XD) -

Bienvenido(a) lector(a)

Si estás aquí y eres lo bastante paciente como para que actualice esto, entonces te has ganado un lugar preferencial en mi batalla final. Esta es la otra versión de mi blog original.

11 de junio de 2007

Death Note (デスノート)

Cabría la posibilidad de que lo que constituye el valor de las cosas buenas radique precisamente en el hecho de estar emparentadas, vinculadas, amalgamadas de forma insidiosa con estas cosas malas, que parecen antitéticas y con las que tal vez se identifiquen en esencia.
Freidrich Nietzsche (1844 - 1900), filósofo alemán.

La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor.
Séneca (4 A.C. - 65 D.C.), filósofo romano.

La extremada rectitud es la mayor injusticia.
Marco Tulio Cicerón (106 A.C. - 43 A.C.), político romano.

La justicia es la herramienta con la que se condena o absuelve al individuo mediante reglas y, sus practicantes por lo general presentan una ética y rectitud intachable. La policía, los jueces, los abogados y los magistrados son los individuos que recurren a ella para ejercer el arte de lo justo y de lo bueno.

Así llegamos a la modernidad, donde la colectividad es la que dicta la sentencia moral mediante los instrumentos de la justicia y le condena por ello al individuo. Pero cuando semejante poder de lo correcto (la ley) y lo justo (la condena) se le da a una persona, condicionamos a tal a un dilema digno de una obra de Dostoyevski:

¿Si tuvieras la oportunidad de poner un orden donde solo lo bueno perdure, pero con el módico costo de matar a todos los criminales de la sociedad?, ¿te atreverías a hacerlo, o seguirás la ley y el orden que la sociedad impone?, ¿bajo qué preceptos ejecutarías a una persona por cometer algo que tu versión personal de “status quo” no lo permite?, ¿cuál es el límite de la justicia para aquél que tenga el poder de ser juez, parte y ejecutor?

Semejantes diatribas filosóficas son parte del argumento que extrapolan Takeshi Obata (Hikaru no Go) y Tsugumi Ōba a través de una de las propuestas en anime (35 episodios al día de mañana manufacturados por Madhouse) y manga (12 tankōbon, con 108 capítulos en la Shonen Jump) más populares de la temporada: Death Note (デスノート).

Death Note

Los presuntos implicados:

Mientras en el mundo mortal existen personas corrientes y comunes, debajo se encuentra el infierno y sus dioses: Los shinigami. Ellos, en cierta similitud con las 3 parcas del mito griego, deciden el destino de las vidas de los mortales mediante un artilugio en apariencia, bastante simple: Un cuaderno (Death Note). Pero este cuaderno es especial, ya que si se escribe el nombre de la persona que se visualiza, pasados los 40 segundos, tal persona muere.

En lo decadente y mundano del mundo del shinigami, uno de ellos (Ryuk) se anima a hacer algo que a la larga, tanto le divertirá como le será el vórtice de múltiples sufrimientos: Tira su cuaderno al mundo mortal. Si tomamos el cuenta el contexto y el tipo de sociedad a la que llega semejante artefacto de poder, la cruda lógica aludiría a que la persona que lo tomara tendría un perfil sociópata o alguien con una actitud superficial ante la crisis de identidad que aqueja a la sociedad japonesa (tema que abordaré en el futuro en este blog), pero al final fue todo lo contrario: El dueño mortal del Death Note es un jóven pre-universitario superdotado (Light Yagami).

Cuando se le dan a conocer las reglas del Death Note, Light justifica y canaliza su uso como uno de los anhelos que la humanidad (históricamente mediante las revoluciones) han intentado: Imponer el orden y la justicia en el mundo, sin importar el costo, las consecuencias, ni los medios. Pero tal poder a la larga le vuelve paranoico (al matar representantes de la justicia), sin embargo parte del público acepta a Kira (romanización al decir “Killer” en japonés) como su salvador, su amor, su dios.

Ante semejante ola de genocidio, el gobierno llama a Elle Lawlliet (aka “L”, Hideki Ryuuga, Ryuuzaki), ser de apariencia emo y obsesión por los dulces y el té pero de gran inteligencia y aptitudes detectivescas (que recuerdan al grandioso Sherlock Holmes), convirtiéndole en uno de los mejores detectives del mundo. Él es quien se da a la tarea de dar caza a Kira y entregarlo a la justicia, o al menos a la institución que defiende como tal.

Si agregamos a la trama un padre con una visión y una actitud íntegra hacia la justicia, una modelo de la usanza “Gothic Lolita” obsesionada con su salvador, una esposa que busca la venganza y otros personajes (que se conocerán más adelante en cuanto vea más episodios) aderezando este pastel de dimensiones odiseas.

Diatribas justamente injustas:

En el principio de la serie podemos ver a un Light Yagami convertido en genocida al cometer en tiempo récord una serie de asesinatos inducidos por el poder que el Death Note le dió. Para Kira, el mundo es un lugar donde los impuros (los criminales y aquellos que estén en contra de él) deben ser erradicados por su condición/por cuestionar sus motivaciones propias de la justicia más “recta”. Sin embargo, para “L” la justicia es el camino por el que un criminal tiene la oportunidad de recapacitarse y volver a ser parte de la sociedad como persona de bien. Es por eso que considera a Kira un criminal: Pese al aparente sentido de sus argumentos (los de Kira) van contra un grupo en particular (criminales), en realidad solo es el chivo expiatorio por el cual ni (Kira) se considera un criminal, ni por el que la sociedad repudia sus acciones.

Ya para este punto queda decidir quién es “justo” y quién es “injusto”, en la que ni sus autores entregan una respuesta a la interrogante. Ryuk es quien pone a fin de cuentas, los elementos que estructuran el juego: Desde el principio hace claro que no esta “ni a favor, ni en contra” de Light, y que sólo sería un espectador que mantendría una distancia y una neutralidad entre los dos bandos. No estaba a favor ni en contra de nadie, pero sí dijo algo: “Cuando mueras (Light), seré yo quien escriba tu nombre en mi libreta” [...] “Pero te diré algo: Si usas la libreta, no esperes ir ni al cielo ni al infierno”.

Lo importante de este enunciado se revela en episodios más avanzados, donde él afirma: “No existe el cielo ni el infierno. No importa lo que uno haga en su vida, esos que mueren van todos al mismo sitio. En la muerte, todos los humanos son iguales. […] Todos los humanos están destinados a morir algún día. El sitio adonde van una vez están muertos es Mu (la nada)”. Aquí se juega con la justicia divina; cuando Ryuk le confirma a Light que el precio por usar la libreta es no ir ni al cielo ni al infierno, contestando el protagonista que lo sabía, a lo que Ryuk contesta: “En verdad eres un tipo sorprendente. Yo pensaba que todos los humanos creían totalmente en el cielo y el infierno”. Ryuk nos afirma que las nociones del cielo y el infierno como forma de justicia, no tan solo son ilusorias, más aún son injustas, de ahí que todos somos iguales al morir: No existe otro final que la nada, tanto para el más glorioso como para el más vil de nosotros.

Esto lleva a cuestionar la relación entre las dualidades “justicia/injusticia” e “igualdad/desigualdad”. Entendemos siempre que la idea de la igualdad está ligada con la de la justicia; de ahí que la constitución de EE.UU comience: “We hold these truths to be self evident, that all men are created equal”, o que los tres principios de la revolución francesa sean “Igualité, Liberté, Fraternité”. Sin embargo, una de las ideas que más arraigada está en el inconsciente occidental va precisamente en contra de esto: ¿Hay justicia en la diferencia? Si no, ¿cómo podemos hablar del cielo y del infierno? Entonces, ¿es que nuestras nociones son selectivas; ahora la igualdad es justa, ahora no? Si podemos admitir a esa inconsistencia, ¿cómo saber entre una y otra, ente lo que es justo o no?

Esto nos llevaría a cuestionar los peldaños más básicos de nuestra filosofía personal; ya varios filósofos se han planteado estas cosas, llegando todos a varios sitios. Pero es Nietzsche, cuyo “hombre nuevo” según descrito en “Más Allá del Bien y del Mal” tiene muchas similitudes con Light:

“La creencia fundamental de los metafísicos es la creencia en los antítesis de los valores. Llegados a este umbral, pese a ser el momento en el que se hacía más necesario ya que se habían prometido a sí mismos que dudarían de todo. Y es que, ciertamente, cabe poner en duda, primero, que existan antítesis, y segundo, que esas valoraciones a las que han impreso su sello los metafísicos sean más que apreciaciones superficiales, perspectivas provisionales y tal vez incluso perspectivas desde abajo hacia arriba…”

A fin de cuentas:

Death Note viene a ser un ejemplo digno de las tendencias de la animación japonesa en los últimos años. Un fenómeno mundial que lleva en su haber 2 películas live-action creados por la WB-Japón (y en camino una tercera, donde el personaje principal será L) y una invitación a cuestionar lo no tan justo que puede ser la justicia, como lo inminente injusto puede tener atisbos de una justicia inexorable. En definitiva, un manga y un anime que recomiendo ampliamente.

Referencias:

http://animeol.wordpress.com/2007/05/27/pelicula-sobre-l/

http://es.wikipedia.org/Death_Note

http://otsego.animeblogger.net/?p=16

4 de junio de 2007

¿Poniendo el nombre en alto del fandom mexicano?

Esta entrada me va a costar muy caro, pero confío en la madurez y reacción sensata como una madre acoge a su hijo en un día lluvioso. Esto de alguna forma u otra levantará un halo de polémica acerca de la divergencia de posturas, pero alego al profesionalismo de quienes intervienen en esta entrada para que, de esa forma u otra repliquen con respeto, conocimiento y con sensatez.

Cuando un servidor creó este blog, tomé conciencia de que lo hacía en un espacio donde no hay gente que tenga conocimientos previos (o desconozca todo conocimiento) del medio, de la afición, de estos productos warholianos.

En virtud de lo anterior, coloqué un espacio de PREGUNTAS FRECUENTES donde coloco algunas definiciones relativas al medio y, si alguno de ustedes tiene alguna pregunta, puede hacerla en los comentarios y con todo gusto la agrego a la sección.

Pues bueno, esta entrada se relaciona de alguna manera con 2 de las palabras que comento en ese espacio: Otaku, y Akiba-kei.

Amigos y estimados lectores, lo que a continuación leerán es el resultado de meses de reflexión. Un ejemplo de que nuestro medio, el del manga y el anime tiene tantos matices como colores del arcoiris. La convergencia de conceptos, las posturas polarizadas y las cismas que demuestran la dolencia y una de tantas puntas que ponen de manifiesto una crisis en nuestro medio. Una crisis de acuerdos y solidaridad.

Los hechos…

25 de abril, 2006.

Christian “Kurisu” Hernández, dueño del RORIKON [ロリコン] BLOG, responde a las críticas de David “Davo, Daevid, El_Autor” Marroquín, autor del blog “Ocio, Crápula y Cía.” entorno a que el segundo publicó una entrada en su blog donde lanzaba (a juicio del primero) críticas infundadas en el mito y la distorsión exagerada acerca de la vida en el medio del manga, el anime y sus fans en México.

Así las cosas me dí a la tarea de analizar del texto de Marroquín en cuanto a forma y contenido, buscando alguna parte donde se presentaran esas opiniones ineptas hacia los “otaku” (mexicanos y del mundo):

  1. La entrada en toda su extensión, utiliza diversas figuras como el sarcasmo, la ironía y la farsa que por medio del lenguaje soez conforman el sello de originalidad del autor. Además de aportar una imagen que toca lo hilarante y lo eminentemente real en uno solo, cosas acordes a lo que gusta y entretiene su lectura hoy en día.
  2. En la primer parte (“MODUS VIVENDI-desu”) proyecta en uso de la figura de lo soez y la ridiculización, los clichés que los mass media han forjado en el gusto de la colectividad de fans al manga y el anime. Pese a que hoy día se puede disfrutar de los fansub como una forma de difusión y continuidad en los gustos del fandom, existe una abrumadora mayoría que cae en las poses que el autor de la entrada menciona.
  3. En la segunda parte (“MÁS ALLÁ DE LA PANTALLA-desu”) utiliza la ironía y el sarcasmo para reflejar aspectos en la figura del fan al manga y el anime en México (extensibles a, lo que he visto, al resto de Hispanoamérica), como la forma de manifestar su gusto por tales productos de la cultura pop mundial en distintos niveles, la figura vanal y devaluada de los “sabelotodo” como líderes de opinión y tendencias (además de un indicativo del status entre el fandom), su desentendimiento por las actividades físicas y la alimentación, así como la extrapolación de diversos imaginarios (de forma superficial) ante la vida real como una forma forma de imponer sus ideas.
  4. La tercer y cuarta parte (“MUJERES-desu” e “INTERGOD-desu” respectivamente) exponen por las figuras sarcásticas y soeces, un somero esquema de relaciones interpersonales del fan ante con otras personas, o personas de sus misma filiación lúdica. Agregando diversas herramientas electrónicas (portales, foros de discusión, códecs, fansubs, etc.) de las cuales el fan toma como puntos de reunión y consumo.
  5. La quinta parte (“EXPERTO EN MINUTOS-desu”) el autor sugiere (entre ejemplos de series disímbolas al gusto del generalizado) los distintos esquemas (géneros) que para la fanaticada son apabullantes y que elevan en más de un caso al nivel de burdos snobismos.
  6. El resto de las partes abordan distintos tópicos que aluden al repliegue de puntos de reunión (donde ponen de manifiesto una madurez palpable y un hedonismo sin parangón), discusiones (donde la vanalidad, el sentido común mezclada con una especie de “fe ciega”, la simpleza y la excacerbación componen los factores que nublan el buen juicio), frases “célebres”, consecuencias (desde la disociación social, el retraimiento y egocentrismo hasta las simplezas que en la cotidaneidad se acostumbran a ver en clubes de fans de artistas pop) que son reales, pero manifestadas en las reglas antes descritas.

Mención aparte, el autor menciona diversas personalidades que han hecho en distintas épocas y trincheras, un pedazo (aún fresco) de la historia de la afición al manga y el anime en México. Personajes y logros que abordaré en cuanto tenga avances en el proyecto de artículo para Wikipedia en Español.

La conclusión a todo esto es simple: Detrás de las risotadas que a un adolescente o a un joven (como su seguro servidor) pudieron haber generado cada 5 líneas de texto, detrás hay un halo de cruda verdad que, pese a que puedo elevar fácilmente a nivel de ley en la realidad de la idiosincrasia y cultura del jóven japonés de hoy, en Latinoamérica se pueden encontrar un buen número de casos. Casos, consumidores a los cuales (debemos considerar) han sido el objetivo de los entes que desinforman en el medio (páginas, portales, publicaciones impresas, tiendas) de una forma 10 veces peor que lo que cualquier lector haya mal-interpretado la entrada de Marroquín.

Lo anterior y el hecho de tomar esta clase de temas con la cabeza fría bien pudieron ser el punto débil de los argumentos que Christian Hernández lanzara ese 25 de abril sobre la entrada de “El_Autor”. Argumentos que a continuación procedo a analizar (extractos de la entrada, en cursiva):

La Guía del Otaku: Un insulto no sólo a una de las culturas más sólidas, importantes y dispersas en el mundo, sino a todos los que se denominan otaku no sólo en México sino en el mundo.

La indignación es que tipos como éste sigan mofándose y maliformando a las personas sobre la cultura otaku, pero que además, conozcan los lugares, las actividades, las series de anime, los personajes (humanos y animados) que conforman los pilares de la cultura otaku.

El insulto pude considerarlo si el autor de la entrada iba hacia mí, pero como no tenía nombre inscrito no tengo la necesidad de sentirme indignado o aludido, por lo tanto, parece raro que se haya podido poner el saco. Ahora, el suponer la existencia de algo como “la cultura otaku” (cuando en realidad hablamos de una sub-cultura) es tan absurda como pensar que México sea una colonia japonesa, mención aparte de que Japón es un país con sendas heridas en su identidad y su forma de vida, factores que con la tecnología y la política empresarial fomentan en diversas actividades que al día de hoy, han afectado a más de 1 millón de personas.

Por otra parte, no creo tan elocuente y propiciante al exponer a alguien como “inepto” el referirse a su biografía. Digo, a menos que no se tenga conocimiento alguno de los términos de la nettiqueta y las actitudes que la red genera en los individuos (como el anonimato en línea), cosas no necesariamente generadas por las razones que de inmediato, consideramos como correctas.

Este sujeto es un completo ignorante. Un muchacho sin preparación académica que encuentra placer burlándose de los demás […] Obviamente, estos datos no los maneja cualquiera. Solamente una persona demasiada metida en la cultura otaku o resentida con ella, podría conocer estos datos y utilizarlos, lamentablemente, de una manera tan negativa.

Estoy confundido. Por un lado se argumenta que el autor no tiene preparación académica (que al mencionar la suya denota una pérdida de la seriedad y una actitud polarizada e intolerante, otra paradoja más de nuestro fandom donde tenemos la “apertura de opiniones y criterios”) pero en otro fragmento menciona que él debió tener una preparación o haber tenido que ver en algún aspecto del medio para escribir con (¿verdad disfrazada de sarcasmos?). Eso compañero se llama vocación, que como en el caso de Atomix (revista de digital entertainment, con una pequeña sección sobre anime) y su renovación editorial relatada en uno y otros frentes son la muestra de que la vocación EN MUCHOS CASOS puede hacerle frente a personas con amplia formación en los medios.

El resto de sus argumentos, con la pena, solo demuestran esa faceta oscura y disociativa del FAN al manga y el anime que en vez de tratar de poner en lugar a una persona inepta, hace quedar en mala posición al fandom mexicano. La posibilidad de contrastar de tajo el asunto bien pudo resolverse mediante una segunda o incluso, una tercera lectura. Eso mejor a borrar el tópico (que tengo al inicio de la entrada en total disposición para quien lo quiera bajar) por prejuicios.

Concluyo con un fragmento del artículo de Alejandra Aguilar Reyes que, con las debidas correcciones, engloba muy bien la idea final:

Dentro de este medio, otaku es el término más controvertido […] porque mientras muchos definen al otaku como el fiel y absoluto fanático del manga y anime que vive por y para conocer todo al respecto y estar actualizado en el tema, otros más hacen referencia con esta palabra, solamente a las personas que les gusta este tipo de obras, y algunos más benevolentes hablan incluso de una “clasificación” de otaku según su conocimiento o entrega al tema. Cabe mencionar que fuera de Japón, se aplica la palabra otaku para definir a los fanáticos de manga y anime exclusivamente.

[…]

Particularmente prefiero creer que un otaku es un aficionado al manga y al anime. Aunque si somos estrictos con el significado literal al traducir la palabra, entonces lo correcto será definirlo como un auténtico fanático. Sin embargo, generalmente la denominación fanático no se considera como algo despectivo, de hecho, encontramos que las adolescentes se consideran bastante orgullosas al decirse fanáticas de tal o cual grupo musical o de equis cantante o actor.

Entre otaku en nuestro país, las cosas no son tan aceptadas, puesto que entre los que lo son verdaderamente (todos unos otaku, literalmente hablando) el círculo es tan cerrado que sólo existen dos opciones, o eres de los que los critican o eres parte de ellos. Mientras que los [fans] se preocupan además de informar al resto de las personas sobre su afición.

Ellos tal vez sean los verdaderos [fans] porque no solamente se dedican a cultivar su afición, a mantenerse informados y actualizados, sino también a dar a conocer lo que este mundo significa y quitar todos los prejuicios que se han formado ante esta forma de expresión, que a final de cuentas es parte de una cultura bastante lejana a la nuestra, por lo cual es difícil de comprender para quien tiene acceso a ella por primera vez.

Afortunadamente para esta afición y todos los que en ella disfrutamos pasar nuestro tiempo, cada vez son más los [fans] que prefieren abrirse y dar a conocer todo este mundo de sueños, fantasía y magia, combinado con arte, mercadotecnia y cultura. Tal vez en un futuro no muy lejano podamos tener acceso a este forma de expresión cultural en museos o recintos más diversos que los tianguis y convenciones.

Finalmente, invito al buen amigo Hernández a que rebata algunas cosas que expongo. Veamos hasta dónde podemos elevar el nivel de discusión. Finalmente, amigo/a lector/a, le invito a que vea las circunstancias y, si tiene algo qué decir, opine… Si tiene dudas, pregunte. Que tengan un buen día.