Esta entrada me va a costar muy caro, pero confío en la madurez y reacción sensata como una madre acoge a su hijo en un día lluvioso. Esto de alguna forma u otra levantará un halo de polémica acerca de la divergencia de posturas, pero alego al profesionalismo de quienes intervienen en esta entrada para que, de esa forma u otra repliquen con respeto, conocimiento y con sensatez.
Cuando un servidor creó este blog, tomé conciencia de que lo hacía en un espacio donde no hay gente que tenga conocimientos previos (o desconozca todo conocimiento) del medio, de la afición, de estos productos warholianos.
En virtud de lo anterior, coloqué un espacio de PREGUNTAS FRECUENTES donde coloco algunas definiciones relativas al medio y, si alguno de ustedes tiene alguna pregunta, puede hacerla en los comentarios y con todo gusto la agrego a la sección.
Pues bueno, esta entrada se relaciona de alguna manera con 2 de las palabras que comento en ese espacio: Otaku, y Akiba-kei.
Amigos y estimados lectores, lo que a continuación leerán es el resultado de meses de reflexión. Un ejemplo de que nuestro medio, el del manga y el anime tiene tantos matices como colores del arcoiris. La convergencia de conceptos, las posturas polarizadas y las cismas que demuestran la dolencia y una de tantas puntas que ponen de manifiesto una crisis en nuestro medio. Una crisis de acuerdos y solidaridad.
Los hechos…
25 de abril, 2006.
Christian “Kurisu” Hernández, dueño del RORIKON [ロリコン] BLOG, responde a las críticas de David “Davo, Daevid, El_Autor” Marroquín, autor del blog “Ocio, Crápula y Cía.” entorno a que el segundo publicó una entrada en su blog donde lanzaba (a juicio del primero) críticas infundadas en el mito y la distorsión exagerada acerca de la vida en el medio del manga, el anime y sus fans en México.
Así las cosas me dí a la tarea de analizar del texto de Marroquín en cuanto a forma y contenido, buscando alguna parte donde se presentaran esas opiniones ineptas hacia los “otaku” (mexicanos y del mundo):
- La entrada en toda su extensión, utiliza diversas figuras como el sarcasmo, la ironía y la farsa que por medio del lenguaje soez conforman el sello de originalidad del autor. Además de aportar una imagen que toca lo hilarante y lo eminentemente real en uno solo, cosas acordes a lo que gusta y entretiene su lectura hoy en día.
- En la primer parte (“MODUS VIVENDI-desu”) proyecta en uso de la figura de lo soez y la ridiculización, los clichés que los mass media han forjado en el gusto de la colectividad de fans al manga y el anime. Pese a que hoy día se puede disfrutar de los fansub como una forma de difusión y continuidad en los gustos del fandom, existe una abrumadora mayoría que cae en las poses que el autor de la entrada menciona.
- En la segunda parte (“MÁS ALLÁ DE LA PANTALLA-desu”) utiliza la ironía y el sarcasmo para reflejar aspectos en la figura del fan al manga y el anime en México (extensibles a, lo que he visto, al resto de Hispanoamérica), como la forma de manifestar su gusto por tales productos de la cultura pop mundial en distintos niveles, la figura vanal y devaluada de los “sabelotodo” como líderes de opinión y tendencias (además de un indicativo del status entre el fandom), su desentendimiento por las actividades físicas y la alimentación, así como la extrapolación de diversos imaginarios (de forma superficial) ante la vida real como una forma forma de imponer sus ideas.
- La tercer y cuarta parte (“MUJERES-desu” e “INTERGOD-desu” respectivamente) exponen por las figuras sarcásticas y soeces, un somero esquema de relaciones interpersonales del fan ante con otras personas, o personas de sus misma filiación lúdica. Agregando diversas herramientas electrónicas (portales, foros de discusión, códecs, fansubs, etc.) de las cuales el fan toma como puntos de reunión y consumo.
- La quinta parte (“EXPERTO EN MINUTOS-desu”) el autor sugiere (entre ejemplos de series disímbolas al gusto del generalizado) los distintos esquemas (géneros) que para la fanaticada son apabullantes y que elevan en más de un caso al nivel de burdos snobismos.
- El resto de las partes abordan distintos tópicos que aluden al repliegue de puntos de reunión (donde ponen de manifiesto una madurez palpable y un hedonismo sin parangón), discusiones (donde la vanalidad, el sentido común mezclada con una especie de “fe ciega”, la simpleza y la excacerbación componen los factores que nublan el buen juicio), frases “célebres”, consecuencias (desde la disociación social, el retraimiento y egocentrismo hasta las simplezas que en la cotidaneidad se acostumbran a ver en clubes de fans de artistas pop) que son reales, pero manifestadas en las reglas antes descritas.
Mención aparte, el autor menciona diversas personalidades que han hecho en distintas épocas y trincheras, un pedazo (aún fresco) de la historia de la afición al manga y el anime en México. Personajes y logros que abordaré en cuanto tenga avances en el proyecto de artículo para Wikipedia en Español.
La conclusión a todo esto es simple: Detrás de las risotadas que a un adolescente o a un joven (como su seguro servidor) pudieron haber generado cada 5 líneas de texto, detrás hay un halo de cruda verdad que, pese a que puedo elevar fácilmente a nivel de ley en la realidad de la idiosincrasia y cultura del jóven japonés de hoy, en Latinoamérica se pueden encontrar un buen número de casos. Casos, consumidores a los cuales (debemos considerar) han sido el objetivo de los entes que desinforman en el medio (páginas, portales, publicaciones impresas, tiendas) de una forma 10 veces peor que lo que cualquier lector haya mal-interpretado la entrada de Marroquín.
Lo anterior y el hecho de tomar esta clase de temas con la cabeza fría bien pudieron ser el punto débil de los argumentos que Christian Hernández lanzara ese 25 de abril sobre la entrada de “El_Autor”. Argumentos que a continuación procedo a analizar (extractos de la entrada, en cursiva):
La Guía del Otaku: Un insulto no sólo a una de las culturas más sólidas, importantes y dispersas en el mundo, sino a todos los que se denominan otaku no sólo en México sino en el mundo.
La indignación es que tipos como éste sigan mofándose y maliformando a las personas sobre la cultura otaku, pero que además, conozcan los lugares, las actividades, las series de anime, los personajes (humanos y animados) que conforman los pilares de la cultura otaku.
El insulto pude considerarlo si el autor de la entrada iba hacia mí, pero como no tenía nombre inscrito no tengo la necesidad de sentirme indignado o aludido, por lo tanto, parece raro que se haya podido poner el saco. Ahora, el suponer la existencia de algo como “la cultura otaku” (cuando en realidad hablamos de una sub-cultura) es tan absurda como pensar que México sea una colonia japonesa, mención aparte de que Japón es un país con sendas heridas en su identidad y su forma de vida, factores que con la tecnología y la política empresarial fomentan en diversas actividades que al día de hoy, han afectado a más de 1 millón de personas.
Por otra parte, no creo tan elocuente y propiciante al exponer a alguien como “inepto” el referirse a su biografía. Digo, a menos que no se tenga conocimiento alguno de los términos de la nettiqueta y las actitudes que la red genera en los individuos (como el anonimato en línea), cosas no necesariamente generadas por las razones que de inmediato, consideramos como correctas.
Este sujeto es un completo ignorante. Un muchacho sin preparación académica que encuentra placer burlándose de los demás […] Obviamente, estos datos no los maneja cualquiera. Solamente una persona demasiada metida en la cultura otaku o resentida con ella, podría conocer estos datos y utilizarlos, lamentablemente, de una manera tan negativa.
Estoy confundido. Por un lado se argumenta que el autor no tiene preparación académica (que al mencionar la suya denota una pérdida de la seriedad y una actitud polarizada e intolerante, otra paradoja más de nuestro fandom donde tenemos la “apertura de opiniones y criterios”) pero en otro fragmento menciona que él debió tener una preparación o haber tenido que ver en algún aspecto del medio para escribir con (¿verdad disfrazada de sarcasmos?). Eso compañero se llama vocación, que como en el caso de Atomix (revista de digital entertainment, con una pequeña sección sobre anime) y su renovación editorial relatada en uno y otros frentes son la muestra de que la vocación EN MUCHOS CASOS puede hacerle frente a personas con amplia formación en los medios.
El resto de sus argumentos, con la pena, solo demuestran esa faceta oscura y disociativa del FAN al manga y el anime que en vez de tratar de poner en lugar a una persona inepta, hace quedar en mala posición al fandom mexicano. La posibilidad de contrastar de tajo el asunto bien pudo resolverse mediante una segunda o incluso, una tercera lectura. Eso mejor a borrar el tópico (que tengo al inicio de la entrada en total disposición para quien lo quiera bajar) por prejuicios.
Concluyo con un fragmento del artículo de Alejandra Aguilar Reyes que, con las debidas correcciones, engloba muy bien la idea final:
Dentro de este medio, otaku es el término más controvertido […] porque mientras muchos definen al otaku como el fiel y absoluto fanático del manga y anime que vive por y para conocer todo al respecto y estar actualizado en el tema, otros más hacen referencia con esta palabra, solamente a las personas que les gusta este tipo de obras, y algunos más benevolentes hablan incluso de una “clasificación” de otaku según su conocimiento o entrega al tema. Cabe mencionar que fuera de Japón, se aplica la palabra otaku para definir a los fanáticos de manga y anime exclusivamente.
[…]
Particularmente prefiero creer que un otaku es un aficionado al manga y al anime. Aunque si somos estrictos con el significado literal al traducir la palabra, entonces lo correcto será definirlo como un auténtico fanático. Sin embargo, generalmente la denominación fanático no se considera como algo despectivo, de hecho, encontramos que las adolescentes se consideran bastante orgullosas al decirse fanáticas de tal o cual grupo musical o de equis cantante o actor.
Entre otaku en nuestro país, las cosas no son tan aceptadas, puesto que entre los que lo son verdaderamente (todos unos otaku, literalmente hablando) el círculo es tan cerrado que sólo existen dos opciones, o eres de los que los critican o eres parte de ellos. Mientras que los [fans] se preocupan además de informar al resto de las personas sobre su afición.
Ellos tal vez sean los verdaderos [fans] porque no solamente se dedican a cultivar su afición, a mantenerse informados y actualizados, sino también a dar a conocer lo que este mundo significa y quitar todos los prejuicios que se han formado ante esta forma de expresión, que a final de cuentas es parte de una cultura bastante lejana a la nuestra, por lo cual es difícil de comprender para quien tiene acceso a ella por primera vez.
Afortunadamente para esta afición y todos los que en ella disfrutamos pasar nuestro tiempo, cada vez son más los [fans] que prefieren abrirse y dar a conocer todo este mundo de sueños, fantasía y magia, combinado con arte, mercadotecnia y cultura. Tal vez en un futuro no muy lejano podamos tener acceso a este forma de expresión cultural en museos o recintos más diversos que los tianguis y convenciones.
Finalmente, invito al buen amigo Hernández a que rebata algunas cosas que expongo. Veamos hasta dónde podemos elevar el nivel de discusión. Finalmente, amigo/a lector/a, le invito a que vea las circunstancias y, si tiene algo qué decir, opine… Si tiene dudas, pregunte. Que tengan un buen día.